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Rosalía Morancho

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 Una mujer de Campo

La Dueña del Centro Aragonés de Barcelona 



En el Centro Aragonés de Barcelona, se celebra cada año la fiesta de Santa Águeda. Según marca la tradición, se elige a  una Dueña, cuyo cargo conlleva, a la par de un reconocimiento a su persona, la responsabilidad de organizar los actos correspondientes a la festividad: misa y comida, fundamentalmente. Aunque también le corresponde a la Dueña otro encargo importante, proponer y presentar a la encargada de sucederla en el cargo.
Se elige la Dueña entre mujeres vinculadas al Centro, ya sea por su participación en las actividades que se programan, o su aportación a la comunidad aragonesa en la ciudad condal. 
Este año 2016 ha desempeñado el cargo la prestigiosa jotera Amparo Padilla Pacheco, y ella ha presentado para sucederle a nuestra paisana Rosalía Morancho. 
El próximo año 1917, cuando ya ejercerá de Dueña nuestra amiga Rosalía, el día de Santa Agueda caerá en domingo, el 5 de febrero. Como es habitual, se celebrará una misa en la iglesia de los Mercedarios, Parroquia de San Pedro Nolasco, a las 12 del mediodía. Esta iglesia os recordamos que está al lado del Centro Aragonés, en la Plaza Castilla, nº 6.
Posteriormente, tendrá lugar la comida de confraternidad en el Salón de Actos del Centro.
Sería estupendo que, ya que una paisana nuestra es homenajeada por una institución de tanto raigambre, pudiéramos acudir muchos de nosotros a darle nuestro soporte, además, Campo será también, en cierta medida, protagonista de la fiesta.
Actuación de Rosalía en el Centro Aragonés
Rosalía lleva casi cincuenta años viviendo en Barcelona y desde el principio de su estancia en la capital condal, ha acudido al Centro regularmente,  participando activamente en la Rondalla, donde es muy apreciada. 

Campo y alrededores

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En diciembre





Fotos gentileza de Angel Huguet

Cosas de Navidad

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Recuerdos 




Cuando llegan estas fechas  de Navidad, sabido es que las personas que sufren algún problema, lo acusan más. Uno se siente más solo, más desgraciado, más desesperanzado ante su propia realidad, cuando la compara con la alegría y felicidad que cree ver en los demás. No es envidia de que ellos disfruten, simplemente es tristeza por no poder hacerlo también.
Uno
Ya hace muchos años murió mi padre un 18 de diciembre en Campo y lo enterramos el 19. Hasta entonces, todos los años, nos hacía llegar a Barcelona el abeto que él mismo había elegido en el monte. No solían ser tan bonitos como los que vendían en las tiendas, pero para mi eran un tesoro, cuando pensaba en el tiempo que había dedicado al asunto y el cariño que había puesto en ello. Pero, aquél año, ya no tuvimos su árbol de Navidad.
Al regresar a Barcelona, el 20 de diciembre, lo primero que hice fue ir a comprar un arbolito. Mis hijos eran pequeños y disfrutaron igual que siempre. Ellos tenían la misma ilusión, pero a mi solo me quedaban los recuerdos y las tarjetas de visita con las que mi padre acompañaba cada árbol que nos enviaba, repletas de palabras tiernas, casi siempre las mismas o del mismo estilo: "Queridos hijos y nietos: he ido al monte esta mañana pensando en vosotros, y os he elegido este abeto que creo que era el más bonito, espero que os guste. Os abraza." 
La moraleja de esta historia sería que, el mejor regalo que podemos ofrecer no es el que compramos, sino lo que entregamos a los demás de nosotros mismos: nuestra atención, nuestro mimo, nuestro tiempo, las ganas que ponemos en hacerlos felices... esas cosas son las que perduran.  
Campo. Javier Fuster Reyes
Y dos
Otro recuerdo de estas fechas, también tiene que ver con mi padre y la Navidad, aunque hubiera podido pasar en cualquier otra fecha, pues la verdadera protagonista de la historia es la amistad, y la solidaridad también.
Era el 23 de diciembre, el día que mi madre celebraba su santo, Santa Victoria. Como en casa existía la buena costumbre de celebrarlo todo, celebraciones que casi siempre se reducían a una comida especial con algún postre y un poco más de buen humor, mamá decidió que, ese día, haríamos cena especial, porque mi padre tenía trabajo en Monzón y no estaría para la hora de la comida. 
Campo, nevada 2005. Javier Fuster
Hacía frío aquél año en Campo, estaba todo nevado y los coches tenían problemas para circular, pero mi padre dijo que tenía que salir de viaje a la fuerza pues tenía que resolver algunas cosas, y que procuraría volver pronto, a las 4 ó a las 5 pensaba estar de regreso. En la época de la que os hablo no había teléfonos móviles, y pocos fijos.
Cuando el reloj de la iglesia dió las seis de la tarde, mi madre ya no pudo disimular más su nerviosismo y empezó a decir.
"Es muy raro, muy raro, que no esté ya aquí. Ha dicho que a las 5 estaría de vuelta.
Intentábamos calmarla, pero no servía de nada, y el tiempo pasaba lento y rápido a la vez, y ya estábamos todos contagiados por el temor. Llamamos a Monzón y nos dijeron que había emprendido el camino de vuelta casa después de comer, antes de las 3 de la tarde, porque él mismo había dicho que la carretera de Graus a Campo estaba muy mal por la nieve. Nos quedamos de piedra, ya no sabíamos qué pensar.  A casa llegaban amigos y vecinos a ver qué podían hacer. Se organizó una especie de "gabinete de crisis" y allí cada uno iba lanzando una hipótesis. Ya eran casi las 8 cuando alguien tuvo una buena idea.
- Si ha pasado por Graus, seguro que Jesús lo sabe. Daniel no pasa nunca por allí delante sin decirle algo.
Llamaron a aquél amigo y les dijo que no, que lo había saludado por la mañana, pero que no lo había visto regresar y eso quería decir que, si había salido de Monzón a las 3, se había quedado en el camino. Los hombres que estaban en casa dijeron que salían inmediatamente a buscarlo, para ver si lo encontraban por la carretera de Barbastro a Graus, pero Jesús les dijo que estuvieran tranquilos, que él, con su hijo y otras personas con las que contaba, llegarían antes a esa zona. De todos modos, un grupo de los que estaban en casa emprendieron camino a Graus, porque si daban con él, podrían traerlo a casa.

Al cabo de un par de horas, llamaron los amigos de Graus para decir que lo habían encontrado. El coche de mi padre se había salido de la carretera y se había caído por un barranco. Allí no había nieve, sino mucha niebla. Fue una suerte que lo divisaran, porque probablemente, si hubiera permanecido toda la noche a la intemperie y malherido no hubiera sobrevivido. 
Poco más tarde de una hora, llamaron al timbre de la puerta, que siempre estaba abierta. Extrañada bajé a ver quien era y me encontré a mi padre de pie, todo ensangrentado, pues como después supe, llevaba varios dientes rotos. Se me abrazó llorando, no podía hablar. Me dijeron los amigos que le acompañaban que la gran preocupación de mi padre era que mamá le viera en aquél estado, no quería que se asustara. También contaron que habían querido llevarlo al médico, pero él solo pedía que lo llevaran a casa.
Aquellas Navidades fueron especialmente emotivas. Eso sí, mi padre solo se pudo alimentar de caldo, que bebía en un porrón pequeño. Pero estábamos juntos y todos éramos conscientes de que aquello era casi un milagro. Un milagro que había hecho posible la amistad.




Feliz Navidad

La fogata 2016

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Hoy, Nochebuena, un año más se ha encendido la fogata en la Plaza. Campo es un pueblo con calefacción central y un lugar de encuentro y tertulia al aire libre, en pleno invierno. Disfrutadlo.


¡FELIZ NAVIDAD!


Gracias a los autores de estas fotos por dejarnos publicarlas. Y a los/las que me las han hecho llegar.



Las Navidades en Campo

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Hace poco más de 50 años



Eramos críos. Nos lo pasábamos bien. En aquella época los niños no es que fuéramos el centro de atención de la familia, es que éramos más bien la periferia, pues, la verdad, no nos hacían demasiado caso. Como en estas fechas estábamos de vacaciones, nuestra misión primordial era no hacernos notar en casa, y había que escurrir el bulto algún rato para que los mayores se concentraran en sus cosas.

Mis hermanos se iban a jugar con sus amigos ¿a jugar? bueno, a algo parecido. Igual se construían un trineo para deslizarse por una pendiente que conducía directamente al barranco, como se dedicaban a recoger trozos de leña para la hoguera de la Plaza, o se dejaban resbalar por alguna superficie helada, sin más protección contra el frío, para su frágil anatomía, que unos pantalones de tela gruesa, unos calcetines de lana, tejidos por algunas manos amigas y unos sueters fantasiosos que les hacía mi madre. Debajo de su jersey también llevaban, eso sí, unos "cuerpos" o camisetas de tirantes, de lana gruesa color blanco sucio, hechas de punto de media por la misma persona que les hacía los calcetines... Lo más amable que se puede decir de esas prendas es que eran duras como piedras y ásperas ala tacto.
Mientras tanto, yo, por ser la mayor, aunque aún era pequeña, tenía que hacer recados varios que me mandaba mamá, lo que suponía visitar todos los comercios de Campo, como casa Mazana, casa Baltasar, casa Mercedes, Casa Juané, Casa Pepeta, casa Blanch, etc. y cuando ya había terminado la gira, quedaba libre para mis cosas. Por cierto, esta estrategia de comprar en todas las tiendas del pueblo, formaba parte de la diplomacia rural pura y dura y la practicaban casi todos los vecinos. Según la expresión popular, "había que dar vida" a todas las tiendas.
Las niñas de mi pandilla teníamos un centro de reunión, que era el porche de San Antonio. Allí jugábamos a "Matarile lire lire", al "Señor Don Gato", "Han puesto una librería", etc. con toda la emoción y la tensión que implicaban estos juegos, pues nunca estabas segura de si te iba a elegir tu amiga del alma para salir al centro del corro o preferiría escoger a otra.
Cuando regresábamos a casa, mis hermanos, mojados y tiritando, y yo con los pies helados, pues iba vestida con falditas y sin calcetines de lana, íbamos directos a una estufa de serrín que teníamos en el comedor, y allí poníamos los pies debajo del hierro, para calentarnos. Esto estaba completamente prohibido por mis padres, pues después nos salían unos sabañones impresionantes.
El remedio al dolor de los sabañones, era pintarlos de yodo con una pluma de ave. Ni que decir tiene, que en cada una de estas sesiones de terapia pictórica, acababan coloreados los calcetines, los zapatos, el suelo y la estufa. ¡Tiempos aquellos, cuando hasta curarnos los sabañones era motivo de risas y alegría!
Y esperábamos con ilusión las fiestas que estaban a punto de empezar. 

(continuará)


La Navidad en Campo

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Hace poco más de 50 años

Nochebuena

El día 24 de diciembre, desde pronto por la mañana, ya se palpaba en el aire una tensión especial. Los servicios de la gente menuda eran requeridos para encargos que normalmente no hacían. Las autoridades de la casa igual decidían que había que sacar de la calle un banco de madera porque hacía feo, como que había que subir unos cuantos cestitos de leña a la cocina, o ir a pedirle a una vecina algún instrumental determinado. Todo eran órdenes. Hasta en la cocina éramos requeridos para algunas tareas: partir almendras o nueces,hacer albóndigas pequeñas para el caldo, etc. 
Por la tarde era el número de la recolección de sillas y banquetas por toda la casa para llevarlas al comedor, con el fin de que no faltara asiento a ningún comensal.
Una vez terminada nuestra jornada laboral y después de que mis hermanos hicieran varias incursiones a la Plaza para ver cómo iba la preparación de la fogata, pues hasta que la encendían no se quedaban tranquilos, nos quedábamos mirando tebeos o jugando al parchís, hasta que llegaba el momento de ir a arreglarnos para la hora de la cena.
En casa, como pasaba en casi todas las casas del pueblo, se reunía la familia en sentido amplio, es decir, con los tíos, abuelos, etc. y también con aquellas personas conocidas que por alguna razón estaban solas.
Como entonces no es que hubiera mucha sofistificación en nada, la cocina también era austera, con sopa y cardo con bacalo o cordero de segundo. Más o menos ese era el menú de muchas familias. Para postre había pastillo de nuez o cabello de ángel, orejones, almendras, nueces, flanes... 
Bien cenados y contentos, los más jóvenes nos íbamos a Misa de Gallo, a las 12 de la noche. Era muy alegre, sobre todo cuando acabada la misa todo el mundo pasaba a adorar al Niño, mientras se cantaban villancicos como "Entre las tablas la nieve caía y el Niño lloraba de frío que hacía".Más de un año pasó que cuando entramos en la iglesia el tiempo estaba calmo y tranquilo y al salir había empezado a nevar copiosamente.  Parecía mágico. Con nieve o sin nieve, todo el mundo iba a "pegarse una calentada" a la fogata de la Plaza, que ya estaba ardiendo con fuerza.
  
Navidad


Casi siempre el día de Navidad volvíamos a ir  a misa, bien porque habíamos llegado tarde a la Misa de Gallo del día anterior y dudábamos que nos la dieran por buena, o porque queríamos participar en todas las actividades del día y disfrutar del ambiente festivo que había a la salida de la iglesia, contemplando a todo el mundo con sus mejores galas y queriendo ser feliz. Después, todos pasaban por la fogata a ver si tiraba bien o no y, finalmente, se organizaban grupos para ir a tomar el vermut. A las dos y pico de la tarde, se iban quedando vacíos los bares y la plaza y cada cual volvía a su casa para la comida familiar.
No se podía hacer mucha sobremesa, porque la sesión de cine empezaba a las 5 o así, y como abrían la puerta del Cine Cumbre un rato antes, la gente menuda éramos los encargados de ir allí, pillar un lugar bueno, cuanto más cerca de la gran y solitaria estufa mejor (parecía una locomotora) y "guardar sitio" a los mayores hasta que se dignaban aparecer por el salón. Una vez que les cedíamos sus asientos, nosotros teníamos que precipitarnos a los bancos de madera que había en las dos primeras filas, lugar reservado a los niños.
Orquesta de Campo
Al terminar el cine, el público desaparecía de allí rápidamente, pues volvían a sus casas a merendar y prepararse para la sesión de baile. Los responsables de la sala, comenzaban la frenética transformación de un cine en salón de baile. Hacían desaparecen filas enteras de asientos de madera, unas junto a otras alrededor del local y dejaban alrededor del escenario una amplia pista de baile, incluso se colocaban algunas mesas con sillas para poder tomar algo. En el escenario también había ajetreo, pues la orquesta que iba a amenizar la tarde colocaba sus instrumentos, sillas y atriles, en el sitio correspondiente, mientras se iba haciendo la instalación de los altavoces, con la cantinela habitual de "Probando, uno, dos".
Muy pronto se abría otra vez el salón al público, para la sesión de tarde. Para esta ocasión también nos mandaban los padres a los niños a guardar mesa y sillas, pero era más difícil hacerse respetar , así es que para evitar problemas procuraban llegar pronto. La orquesta empezaba su actuación y, después de un par de pasodobles, había ya un ambientazo, Los niños ocupábamos un lugar preferente, justo delante de los músicos y no nos perdíamos un baile. Los mayores también eran muy danzarines, y no paraban de atravesar la pista de un lado a otro a toda velocidad. Los únicos que se hacían los remolones eran los chicos y chicas. Ellos porque tenían que ir a sacar a bailar, y les daba mucho apuro que les dieran calabazas. Ellas porque tenían que esperar que las vinieran a invitar, y los chicos miraban y miraban mucho, pero les costaba acercarse a pedir si ella quería bailar, con él.
A las diez era la hora de la cena, se suspendía el jolgorio. Y a las 12 de la noche empezaba la sesión de noche. Los niños también solían acudir un rato, se estaba en familia. Los mayores se quedaban hasta las tantas.


Y cuando se apagaban las últimas notas de música, el día de Navidad se daba por terminado. Pero aún quedaba Año Nuevo y Reyes. 

  

Los Inocentes

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  Un día para estar ALERTA


Sabido es que el 28 de diciembre se celebra la festividad de los Inocentes y que, en algunos países, este día se tiene la costumbre de hacer bromas, destinadas fundamentalmente a en tomar el pelo a alguien, y que se conocen como inocentadas. En Campo, como debía pasar en muchos otros sitios, había unos "clásicos" que se repetían año tras año.
El "number one" era, no sé si se hace todavía, decirle a un niño /a que en la Plaza había un hombre que tenía tantas narices como días tenía el año. Escuchar esto y que la criatura se imaginara a un ser monstruoso con cientos de narices sobre su cara, era todo uno. A un recuerdo a uno de mis hermanos atemorizado sin querer salir de casa, mientras un vecino le insistía "corre, ves a verlo, ya verás como te digo la verdad"...
Otro clásico, muy difícil de llevarlo a la práctica con destreza y disimulo, era colgarle a alguien un monigote en la espalda sin que se enterara. Más que monigotes, eran una simples tiras ya fuera de papel o de tela. Nada daba más risa que ver a una persona seria y bien puesta, pasear  con el colgante al dorso.
Aparte de las bromas más conocidas, hay que reconocer que había bastante inventiva entre los vecinos. Se iba a una casa para avisar que se les habían escapado las gallinas, y que estaban corriendo por la calle; otros daban la noticia de que con el coche de línea había llegado algún personaje importante, etc. 
Y áunque se hubiera conseguido sobrevivir toda la jornada sin mayores sobresaltos, no había que relajarse, y se debía permanecer bien atento hasta el final, porque mentes retorcidas igual habían tramado coserte las mangas del pijama o el camisón, hacerte la cama de petaca (no podías meterte) o echarte sal entre las sábanas.
Víctima o verdugo, al final te dormías sonriendo, tramando la inocentada que el próximo año les ibas a gastar a familiares y vecinos.


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Las  llulletas


Una costumbre  de Campo, que forma parte más de la tradición de algunos pueblos europeos que de lo que se hace en España, es la de felicitar el Año Nuevo a los padrinos de bautismo.
Para ello, los niños iban a sus casas y les deseaban un buen año y ellos, los padrinos, les obsequiaban con algún detalle, que recibía el nombre de llulletas. Como antiguamente no había mucho para elegir en cuestión de regalos, al final las llulletas consistían en alguna fruta, unos orejones, castañas, alguna peladilla o algún caramelo. Si tenías la suerte de tener un padrino rumboso, cabía la posibilidad de que dejara deslizar alguna moneda en los bolsillos del abrigo, unos céntimos seguramente, raro era que llegara a la peseta...  Eso sí, las madrinas detallistas solían preparar a sus ahijados un cestito adecuado para la ocasión, y no era raro ver, sobre todo a las niñas, mostrar orgullosas sus regalos envueltos o presentados con alguna labor primorosa de ganchillo.


La vida en una sociedad pequeña, como es la de un pueblo, estaba "programada" de modo que no faltaran ocasiones de entretenimiento y diversión, en las que todo  el mundo participara. Como ahora se diría, se trataba de socializar. Los vecinos de una comunidad pequeña, están acostumbrados a prestarse apoyo en la enfermedad y en las desgracias, también es una necesidad encontrar momentos de pasarlo bien juntos. Este era uno de ellos:  

Damas y Caballeros

Cada año, el día de Año Nuevo después de la misa mayor, se congregaban hombres, mujeres y niños alrededor de una mesa que se había instalado debajo del balcón de Casa Bienvenido. Allí había dos pucheros, uno que contenía los papelitos con el nombre de los mozos y el otro con el de las mozas, y de lo que se trataba era de coger un papel de cada lado para formar parejas al azar.  
La ceremonia se desarrollaba así: dos mayordomos, ayudados de dos niños, procedían al sorteo. Se extraía por una de las manos inocentes el papel con el nombre de una chica y el mayordomo daba lectura del mismo. A continuación, el otro niño sacaba el nombre de un mozo y el otro mayordomo lo leía también, y en cuanto era oído por el público allí congregado empezaba ya la algarabía, puesto que la gente visualizaba ya la pareja formada y a menudo la suerte deparaba emparejamientos muy divertidos, que provocaban la hilaridad general.  
En ocasiones también se celebró este sorteo durante el baile del día de Año Nuevo.  
Las parejas así formadas tenían que ir juntas a la sesión de baile que se celebraba el día de Reyes, pero no quedaba ahí la cosa, porque poco a poco se fueron añadiendo nuevos detalles o “requisitos” y al final quedó establecido así:   
Cuando llegaba el 6 de enero, día de la Epifanía, cada mozo iba a recoger a su casa a la chica que le había correspondido en el sorteo. La chica le recibía amablemente y lo invitaba a merendar. Cada familia procuraba hacer “buen papel” y obsequiaban al joven lo mejor que podían: longaniza asada, jamón, pastillos de calabaza o de almendra, buen vino, etc. No solía faltar el café y el puro. Después de bien comidos y en buena armonía iba la pareja al baile, donde estaban esperando su entrada todos los curiosos (todo el pueblo) que miraban si el chico fumaba el puro que le habían regalado, si la chica se había arreglado mucho o poco, si hacían buena pareja, etc.   
El baile se abría con una pieza musical que la orquesta dedicaba a todas “las Damas y los Caballeros” y que era el momento culminante para poder saborear los resultados que el sorteo había deparado, que, como hemos dicho, eran motivo de chanza y bromas, pues a veces resultaban emparejamientos muy chocantes, como una chica mayor con un chaval muy joven, o un chico o chica muy presumidos con alguien que no se presentaba muy bien vestido...  
Después, cada uno podía estar con quien quisiera, aunque el mozo siempre procuraba ser cortés e invitar a “su” chica a tomar algo o hacerla bailar si veía que no tenía con quién hacerlo. Cuando terminaba la sesión de baile la acompañaba a su casa, y luego la iba a recoger para la sesión de noche. Y con todos estos estrictos protocolos, respetados por pura diversión, los mozos se portaban como auténticos caballeros, educados y deferentes, y las chicas se sentían unas damas, "contempladas" e importantes, que era de lo que se trataba. 


Guillén y Pallaruelo

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¿o Pedro e Isabel?

alianza de personas y familias




Barbaruens (Huesca)

El día 21 de noviembre de 1623, se encontraban reunidas en Barbaruens (Huesca) muchas personas «principales». El motivo de que estuvieran allí congregadas era la firma de unos capítulos matrimoniales.
El texto notarial refiere que comparecían para ese acto, por un lado, los siguientes miembros de la familia Guillén: el Rvdo. Mosén Antonio Guillén, vicario perpetuo de la villa de Chía; Juan Guillén, mayor en días; Juan Guillén y Pedro Guillén, hijos suyos infanzones, vecinos del lugar de Señes, de la Valle de Gistau.
Señes (Huesca)
Por otra parte, estaban presentes: Miguel Guillén y Gerónima de Rin, cónyuges, infanzones e Isabel Pallaruelo, entenada e hija (hijastra de Miguel Guillén e hija de Gerónima Rin), vecinos del lugar de Barbaruens.
En la primera cláusula de los mencionados capítulos matrimoniales, se recogía la donación que Miguel Guillén y Gerónima de Rin hacían en favor de Isabel Pallaruelo de todos sus bienes. Se reservaban, como era habitual en este tipo de donaciones, el usufructo de los mismos.

«Primeramente es condición entre las dichas partes que los dichos Miguel Guillén y Gerónima de Rin cónyuges hacen donación, cesión y transportación pura perfecta e irrevocable que es dicha entre vivos "propter nuptias" a saber es, a la dicha Isabel Pallaruelo, entenada e hija suya, de todos sus bienes mobles como sitios, donde quiere habidos y por haber…. ».
« … Reservándose en los dichos bienes por ellos dados señores mayores y usufructuarios durante todo el tiempo de sus vidas naturales y las ordinaciones de sus almas, según es costumbre y uso del dicho lugar de Barbaruens.
Y si Dios diere hijos varones a los dichos donantes, que hayan de ser criados y alimentados a costa de dicha casa y bienes de todo lo necesario, hasta tener edad de poderse ganar de comer, y a Juana y Maria Guillén, sus hijas y las demás que Dios diere a dichos donantes deste su matrimonio procreadas, hayan de ser y sean dotadas, casadas, vestidas y calzadas según la calidad de sus personas y facultad de dicha casa…
 ».


La designación como heredera de Isabel Pallaruelo parece lógica, pues era fruto del primer matrimonio de su madre, Isabel Rin. El que buscaran para casarla a un miembro de la familia del padrastro, un sobrino suyo de los Guillén de Señes, también. 

Pedro Guillén, al casarse con Isabel Pallaruelo, aportaba:
« Item, es convenido entre las dichas partes que los dichos Juan Guillén mayor y Juan Guillén menor, padre e hijo, prometen y se obligan dar y pagar al dicho Pedro Guillén, su hijo y hermano, en socorro y contemplación del presente su matrimonio a saber es dos mil y quinientos sueldos jaqueses, a saber es agora de presente mil doscientos y cincuenta sueldos jaqueses y la mas restante cantidad de dicho adote del presente día de hoy en un año, continuo y siguiente en dinero o dinadas tasadas por dos parientes o amigos de cada parte ».
Hacer frente al pago de las dotes, constituía una verdadera pesadilla para muchas familias, por eso procuraban "arreglar" matrimonios dentro del clan familiar, con el fin de evitar tener que hacer grandes desembolsos ("Si tu me debes 50 y yo te debo 50, no hace falta que nos paguemos nada...").
Vemos en un documento notarial como Miguel Pallaruelo, padrastro de Isabel Guillén, la novia que hemos visto anteriormente, años después de ese matrimonio, concretamente en 1636, acudió a Plan para firmar un documento en el que declaraba haber recibido todo lo que su familia de Señes le había prometido al casarse con Gerónima de Rin e ir a heredar a Barbaruens. Esto demuestra lo largo que podía ser el cobro de la dote que la familia le había otorgado:
 « … Que yo, Miguél Guillén, vecino del lugar de Barbaruens y de presente en el lugar de Plan, de grado otorgo haber recibido de vos Juan Guillén (que era su hermano), vecino del lugar de Señes, toda aquella suma y cantidad que por vos me fue mandada mediante capítulos matrimoniales que los quiero aquí haber y he por calendados debidamente según fuero, juntamente con esto renuncio en favor vuestro cuales quiere derechos paternales y maternales que en los bienes de mis padres puedo alcanzar… ».




Los Auset (Aused)

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Un caso de dación personal 




En el año 1728 Bartholomé debía tener unos 28 años de edad y vivía en Plan, donde desempeñaba el oficio o profesión de “llamador público”, que bien podría corresponder al de pregonero. Hemos encontrado esta información en el expediente de Infanzonía de los Ballarín, de 1727, según la relación hecha por el notario don Pedro Juan Altemir de Campo, en uno de sus desplazamientos a ese lugar. Refiere en dicho documento:
"Dei Nomine. Amen. Sea a todos manifiesto que llamados y convocados a Consejo General y Abierto, de los Alcaldes, Regidor, Procurador, Síndico, Consejeros, singulares personas, vecinos y habitadores de la villa de Plan, por mandamiento de dicho Regidor abajo nombrado (en ausencia de Andrés Falceto) y llamamiento de Bartholomé Aused, llamador público de la misma villa, el cual en dicho Consejo hizo fe y verdadera relación, a mi, Pedro Juan Altemir, notario, presentes los testigos infraescriptos, que él, de mandamiento de dicho Regidor actual, había llamado a dicho Consejo General y abierto, a son de campana tañida por él, para los presentes día, hora y lugar: Y así llamado y ajuntado en las casas vulgarmente dichas de la villa, en una sala alta que hay en ellas, en donde otras veces para conferir y otorgar cosas arduas, pactos concejiles, dicho Consejo General es acostumbrado congregarse...".
Bartholomé debió casarse por estas fechas con Manuela Ferrer y uno de sus hijos fue Domingo, al que probablemente le pusieron ese nombre porque tenían como pariente a un Domingo Aused, en Sin.
Cuando llegó a la edad de contraer matrimonio, Domingo Auset Ferrer lo hizo con María Montaner Escalona, hija de Martín y de Cathalina, en Bielsa, en la iglesia de Ntra. Sra. de los Angeles, el día 28 de agosto de 1752. Pero, antes de esta boda ocurrió algo importante en la vida de Domingo. Y es que en esta historia familiar de los Auset podemos encontrar un acto jurídico típico de Aragón: la donación. En este caso se trata, de acuerdo con la terminología de Joaquín Costa, de una dación personal. Veamos en que consistía:
Era un hecho frecuente en los pueblos de los Pirineos, más concretamente en Jaca, Boltaña y partidos limítrofes que, una o varias personas (a menudo un matrimonio) que recibían el nombre de donados, hicieran donación de todos sus bienes a una persona extraña a su familia, con la obligación por parte del beneficiado, llamado arrogador, de cuidarle, o cuidarles, mientras vivieran. En algunas ocasiones, el donado carecía de capital y aportaba sólamente su trabajo.
En el caso concreto que estamos relatando, se trata de una Donación hecha en Plan, el veintiocho de agosto de 1750, a favor de Domingo Auset. Lo curioso es que Domingo Auset era mancebo y la donante Susana Nau, una joven de veinticuatro años y, aunque es verdad que no había ninguna regla establecida sobre la diferencia de edad que debía existir entre el donado y el arrogador, no deja de ser una situación poco habitual dada la juventud de ambos.
"Mujer escribiendo carta". Terborck
El documento fue otorgado ante el notario Pedro Verastegui. Los términos utilizados en su redacción son los típicos de este tipo de actos, cuajados de frases hechas, propias de una terminología específica, pero que hoy día nos llegan como un mensaje muy entrañable, incluso con cierta “poesía”. Ciertamente, es una donación muy especial. Dice, entre otras cosas:
"
En la villa de Plan a veinte y ocho de agosto de 1751: Que yo, Susana Nau, mujer moza, natural de la villa de Plan:
Por cuanto me hallo en edad de veinticuatro años, poco más o menos, sin padres, ni hermanos, queriéndome apartar en algún modo de la vanidad de este mundo, sin querer contraer matrimonio, y por este motivo no poder acudir por mi persona a la administración de mis bienes, y que para pasar mi vida con alguna quietud y comodidad no he hallado, ni tengo otro más conforme medio que asegurar mi sustento para durante mi vida en compañía de Domingo Auset, mancebo vecino de esta villa, en quien he hallado todo el consuelo y asistencia que podía desear, desde que me acogió en su compañía,
Por cuanto en esta consideración deseo asegurar la misma asistencia que hasta de ahora he experimentado en dicho Domingo Auset, para durante mi vida natural, y para fenecida ella se me haga por él mi entierro y sepultura, según costumbre de la Parroquia de la villa de Plan y personas de mi calidad,
Por que para este fin tengo tratado y convenido con dicho Aused el que se obligará a mantenerme sana y enferma en su compañía, por toda mi vida haciendo y otorgándole donación y razón de todos mis bienes:
Deseando practicar este medio por considerarlo muy ventajoso y acomodado a la quietud y descanso que deseo tener el tiempo que Dios mantenga mi vida.
Por tanto, y por otras justas causas que a ello me han movido de mi buen grado, libre y espontánea voluntad, y en la mejor forma que hacerlo puede y digo hago en favor de dicho Domingo Aused, para sí y sus habientes, derecho para luego de presente Donación, pura, perfecta e irrevocable que he hecho entre vivos de todos mis bienes muebles, sitios, créditos, derechos, instancias y acciones donde quiera habidos y por haber, que aquí los quiero dejar por nombrados y firmados, calendados, especificados y confrontados según Fuero de Aragón, y como más convenga.
Texto con los cargos y condiciones siguientes y no sin ellas:

Primero, que durante mi vida me haya de tener en su compañía dándome los alimentos iguales a los suyos y vistiéndome con decencia.
Item encargo de que cuando muera se me haya de hacer por mi alma los sufragios a uso y costumbre de la parroquia de Plan y personas de mi calidad.
Item encargo de que se me aya de respetar como a señora mayora y usufructuaria, que me reservo el serlo de los bienes que dono, con la condición de convertir el usufructo de ellos en beneficio de esta casa y en compañía de dicho Domingo Auset.
(...) Item para mayor firmeza y validación de esta mi Donación, dejo por parte y derecho de legítima en mis bienes a mis parientes y demás personas que parte o derecho de legítima en mis bienes pudieren pretender y alcanzar, cada diez sueldos jaqueses, la mitad por bienes muebles y la otra por bienes sitios, con los cuales mando se tengan por contentos y pagados, de cuanto en mis bienes pudiere pertenecerles”.
La gran incógnita es saber qué le ocurría a Susana, por qué no se quería casar, por qué razón a los veinticuatro años deseaba renunciar a "la vanidad del mundo"... ¿tendría, quizás, alguna enfermedad incurable? Además teniendo parientes, tal como se menciona en el documento, ¿por qué no recurría a ellos? En fin, no deja de ser ésta una situación curiosa, en la que una “mujer moza” se dona a un mancebo... Sea como fuere, la nueva situación económica con la que se encontró Domingo Auset Ferrer gracias a esta aportación, le debió ser muy beneficiosa porque, al año siguiente, concretamente el 28 de agosto de 1752, contraía matrimonio con María Montaner Escalona, como ya hemos mencionado antes. Los testigos de la boda fueron tres: José Verastegui, Miguel Buerba Solans y Josef Mascaray.
Del matrimonio de Domingo Auset Ferrer y María Montaner nacieron (son los datos que tenemos, puede haber más), en San Juan de Plan:
1°) José Aused Montaner, que fue el mayor de los hermanos según consta en la información que nos da la Dispensa Papal otorgada a su hermano Domingo, y que, probablemente recibió el nombre de José por alguno de los dos Josés que actuaron como testigos en el matrimonio de sus padres (José Berastegui o José Mascaray). José Auset se casó con Josefa Pallaruelo Abad.
2°) Rosa Aused Montaner, nacida el 20 de febrero de 1763 y que se casó con Antonio Bruned Roger el 4 de junio de 1792.
3°) Domingo Pedro Aused Montaner, fue bautizado en la iglesia de San Esteban de Plan el 15 de octubre de 1765, siendo sus padrinos Pedro Ballarín y Miguela Aused. Se casó con Raymunda Bayla Nerín en Saravillo, el 17 de octubre de 1791.

Domingo Auset Ferrer se casó en segundas nupcias con Teresa Duesso Grima, en Serbeto, el año 1768.
4º) Catalina Auset Montaner se casó en San Juan el 3 de abril de 1783 con Pascual Pallaruelo Palacín.
5º) María Auset Montaner, contrajo matrimonio con Miguel Bielsa el 6 de octubre de 1783.

José Auset Pallaruelo, que se instaló en Campo, era descendiente del primero de los hermanos, José Auset Montaner.


El mondongo

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Y contra el frío…
CALOR ías


Cosme Castán, presidente de la Asociación Vall d´Axén, nos ha hecho llegar este comunicado:
"Un año más desde la Asociación Ball Axén y con la colaboración del Bar La Cova d'Axén, proponemos hacer una jornada dedicada a elaborar el tradicional Mondongo. Una tradición que hace cinco décadas en Campo se hacía en prácticamente todas las casas. 
La Matanza que proponemos desde La Cova, no será tan auténtica como las de antaño, pero nos ilusiona rememorar con los asistentes muchas de las facetas de que se componía. Especialmente las que comprendía el Mondongo, en el que las expertas mondongueras de ediciones anteriores, nos harán una demostración de cómo se elaboran, los chorizés, las tortetas, las morcillas de arroz, la longaniza, la butifarra blanca, el salchichón, en fin toda la larga gama de trabajos que conlleva el seleccionar, cortar y picar las carnes del cerdo para sus diferentes embutidos, conserva o salazones.

La confección y elaboración del Mondongo es muy extenso para desarrollarlo en un solo día, por esto, que con anterioridad, prepararemos los embutidos y carnes del almuerzo. Los que quieran apuntarse a disfrutar de esta jornada, deberán acudir el sábado día 28 de  enero a La Cova d'Axén, donde se hará y degustará todo lo elaborado, participando los asistentes en la degustación especialmente y elaboración, esto último el que quiera y sea aceptado para colaborar por el grupo de mondongueras.
El programa será el siguiente:
A las 9,30 horas --. Almuerzo, que se compondrá de -- careta de cerdo -- chorizés -- panceta, asado todo a la brasa, huevos fritos y ensalada, regado con un vino de somontano, café y chupito.
A las 21 horas --. Cena, compuesta por -- sopa "puerca"-- costilla de cerdo a la riojana -- lomo y longaniza asada -- postre de la casa -- café y chupito.
Para participar y disfrutar de esta  jornada mondonguera, es preciso llamar a los teléfonos 974550114---679197632---629346875, y también en el correo electrónico -- ccastancampo@hotmail.com --   . Por cuestión de previsión y para que la jornada sea un éxito se ruega antelación en las reservas.
El precio de esta jornada es de 25€ los adultos y 12€ los niñ@s


San Antonio Abad

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San Antón, patrón de los animales
17 de enero


Esta es la imagen de San Antón de Campo, la foto está tomada esta mañana, justamente antes de que hoy, 17 de enero, la llevaran a la iglesia parroquial donde estará unos días, como manda la tradición. 




Y en esta otra foto, se puede ver el arco de la ermita de San Antonio, actualmente desaparecido.Y a Dorita en bicicleta.


Hablando de nieve...

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Hace poco más de cién años…


El 27 de febrero de 1916, "El Diario de Huesca" publicaba la siguiente noticia:



"De Correos.-
Nuestro querido amigo el digno jefe de Correos de esta provincia, don Leopodo Cincúnegui, dirigió ayer al Excelentísimo Director General e inspectores, regional y general del Cuerpo, el siguiente telegrama:
Continúa temporal nieve en parte N. y E. de la provincia, y consecuente anormalidad servicios conducciones Berdún a Ansó; El Grado a Boltaña; Campo a Benasque y Binefar a Campo, cuyo servicio se presta por etapas en caballerías, sin quedar pueblo alguno incomunicado. 
...
Se siguen tomando medidas por esta Principal para restablecer regularidad comunicaciones".

Comida de Santa Agueda

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Los tickets para poder asistir a la comida de Santa Agueda, ya están a la venta en la Secretaría del Centro Aragonés de Barcelona, calle Joaquín Costa, nº 68. Se pueden comprar de lunes a viernes de 5 a 7 de la tarde  y, también, los martes y jueves de 11 a 13 horas de la mañana.


Comida de Santa Agueda, 
domingo 6 de febrero 2017
Centro Aragonés de Barcelona
a las 14 horas

El menú cuesta 24 euros y al comprar el ticket tienes que elegir el primer y segundo plato, entre las dos opciones presentadas.
Os recordamos que antes de la comida, a las 12 h. tendrá lugar la celebración de la misa en la iglesia de los PP Mercedarios, San Pedro Nolasco (Plaza Castilla), cantada por la Coral del Centro Aragonés de Barcelona.

Larramona

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 Recorrido geográfico con un apellido como guía

Hemos encontrado información del apellido Larramona en Bacamorta, Murillo de Liena. Navarri, Espluga, Campo. En algunas ocasiones son datos sueltos, a los que no hemos conseguido darles una continuidad, pero los mencionamos por si pueden ser útiles a alguien.

Bacamorta. Antonio Larramona

Navarri:

En el Fogaje del año 1495 se menciona ya en Navarri a un Antonio Narramona (convertido después en Larramona) que era el bayle.
En 1625: Matrimonio de Sebastián La Ramona, de Morillo de la Liena, con Cathalina de Mur, celebrado en San Pedro de Tabernas. En los capítulos matrimoniales, dado que los padres de la novia habían fallecido, le otorgan la dote correspondiente su hermana Juana de Mur y su cuñado Juan de Serveto.
De unos años después, concretamente del año 1642, datan los capítulos matrimoniales de Miguel de Larramona y Mariana Armisén. El documento en cuestión empieza así:
“Die decimo quarto mensis Junii anno Domini 1649 en el lugar de Nabarri.
Bacamorta. Antonio Larramona 
 Eodem die et loco ante la presencia de mi Juan de Guart, notario público, presentes los testigos abajo nombrados, comparecieron personalmente constituydos Juan de la Ramona, Juan del Pozo, vecinos del lugar de Nabarri, Miguel de la Ramona y Pedro Larramona, mancebos, hijos legítimos y naturales de los condams Pedro de La Ramona y Juana Torrellas habitantes en el dicho lugar de Nabarri parte una, el licenciado mossén Miguel Mora natural del lugar de Nabarri, Juan de Pera, labrador, vecino de dicho lugar, Antón de Viu, Antón Mora, vecinos del lugar de Muro, Domingo Costa, habitante en las casas de Belbeder, Domingo Pino del lugar de Aguascaldas y Mariana Armisén, viuda relicta del condam Jayme Pino, vecino del dicho lugar de Nabarri de la parte otra. Con asistencia de muchos parientes de ambas dichas partes los quales y cada uno dellos conjuntamente y de partida dieron, libraron, firmaron y otorgaron en manos y poder de mi dicho notario los presentes e infraescriptos capítulos matrimoniales....”.
De la lectura del documento se desprende la minuciosidad con que se contemplaban todas las eventualidades a las que podía enfrentarse la familia. Como Miguel y Pedro Larramona eran hermanos y tenían que vivir juntos, se preveía también el que un día Pedro decidiera marcharse de casa de su hermano:
“Ittem, fue convenido entre dichas partes que en caso que de casa se ausentase Pedro de La Ramona por disgustos que tuviesen y que llamado dentro de un año Pedro La Ramona, hermano de dicho Miguel de La Ramona y este no quisiese volver a su casa, que dichos Miguel de la Ramona y Mariana Armisén puedan vender y empeñar si la dicha casa hubiera necesidad y esta necesidad sea conocida por el Señor Abad de San Viturián, o su oficial y vicario general ...”. 

Lo que es más curioso (es la primera vez que nos encontramos con un caso así), es que después de pactadas y firmadas las capitulaciones de Miguel Larramona y la viuda Mariana Armisén, se procede a continuación a pactar el contrato de matrimonio de su hermano Pedro Larramona, con una de las tres hijas de Mariana Armisén y su primer marido, pero ¡no se especifica con cuál! Es decir, se hacen los capítulos matrimoniales sin señalar quién es la novia. (Este asunto lo hemos tratado anteriormente con el título "¿Te quieres casar con una de las tres hermanas?".  

Bacamorta-Nocellas-Campo:

Los datos que tenemos sobre este apellido en Campo son los siguientes:

A.- En primer lugar hay un matrimonio de Serafina Larramona de Mur, hija de Josef Larramona y de María de Mur, que se casa en Campo el 11 de enero de 1776 con José Vidaller Galindo. Todos eran vecinos de Campo, según se especifica en los datos de la Dispensa solicitada por uno de sus descendientes. 
*.
B.- Ramón Juan Larramona y Antonia Larramona eran hermanos, de Bacamorta.

1º) Ramón Juan Larramona se casó con Rosa Bonet, de Nocellas, el 28 de mayo de 1795. Fueron los padres de dos chicas:
 1.- Antonia Larramona Bonet, que se casó con Josef Mur
 2.- Eusebia Larramona Bonet, que contrajo matrimonio con Francisco Canales Soler el 28 de mayo de 1795, en Nocellas. Fueron testigos de este matrimonio Francisco Barrabés, de Nocellas, y Francisco Larramona, de Bacamorta. A las capitulaciones matrimoniales de dicho casamiento no asistieron los padres de la novia, sino su hermana Antonia Larramona, con su marido, Josef Mur, por lo que se deduce que dichas hermanas estaban huérfanas y que la heredera de los bienes paternos era Antonia Larramona. 
Dichas capitulaciones se hicieron en Nocellas, el 14 de junio de 1795, ante el notario residente en Campo, don Mariano Vinyales y Castán, y en ellas se estipulaba que a la novia se le entregasen de dote ciento sesenta libras jaquesas, además de los vestidos, ropas y alaxas que resultan de cédula firmada del padre de la contrayente y, a cambio, Eusebia tenía que renunciar a "cualesquiera otros bienes" de sus padres.
.
2°): Antonia Larramona se casó con Manuel Abad Galindo (hijo de Baltasar y Rosa) y fue la madre, entre otros, de Pedro Abad Larramona (casado el 30 de noviembre de 1801, en Campo, con María Ballarín Franco), y de Josefa Abad Larramona (que se casó el 8 de noviembre de 1791 en Campo, con Melchor Mur Pena)..
*

C,-Otra secuencia familiar es la siguiente:

 Francisco Larramona, de Nocellas, contrajo matrimonio con María Laencuentra, del Solano. Uno de sus hijos fue Ramón Larramona Laencuentra, que se casó con Bárbara Garuz Ferriz, de Las Vilas. De este matrimonio nació Andrés Larramona Garuz, el 17 de abril de 1828.
                                                                      *                                                        
Espluga.mjf

D.- En el Censo Electoral de 1900 del municipio de Merli, aparecen mencionados: 
- Francisco Larramona Palacín, de 39 años, domiciliado en Espluga
- Antonio Larramona Costa, de 37 años, domiciliado en Bacamorta
- Joaquín Larramona Costa, de 38 años, Bacamorta.
 *
 E.- En el Censo Electoral de 1907 de Merli, se encuentran las siguientes personas con el apellido Larramona, cuya información transcribimos tal y como se ofrece allí: 

- Antonio Larramona Costa, de 52 años, con domicilio en Aldea Terraza
- Antonio 1° Larramona Larramona, de 30 años, Aldea Terraza
- Antonio 2° Larramona Larramona, 29 años, Aldea Terraza
- Joaquín Larramona Costa, 56 años, Aldea Fortuño
- José Larramona Costa, 40 años, Bacamorta, n° 3
- Joaquín Larramona Larramona, 32 años, Aldea Fortuño
- José Larramona Palacín, 31 años, Espluga, 4
- Francisco Larramona Palacín, 54 años, Espluga, 4
- Daniel Larramona Palacín, 26 años, Espluga, 4. 


Santa Agueda

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Celebración


Tal y como os anunciamos, hoy, 5 de febrero, se ha celebrado el día de Santa Agueda en el Centro Aragonés de Barcelona. Primero se ha oficiado una misa en la iglesia de los Mercedarios, Parroquia de San Pedro Nolasco, al final de la cual se han repartido los tradicionales panes. Y luego, en el Salón de Actos del Centro,  se ha servido una comida. Pero, antes de eso, se le ha impuesto a nuestra paisana Rosalía Morancho Canales la banda de Dueña de Santa Agueda. Os ofrecemos ya algunas fotos y esperamos mostraros algunas más en la próxima entrega.


Las fotos son gentileza de Manolo Garanto ¡gracias Manolo!

Comida y ...

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Música


Continuando con la celebración de Santa Agueda en el Centro Aragonés de Barcelona, hay que mencionar que, después de la comida en la que participamos más de 140 comensales, el Grupo de música SAZÓN interpretó varias composiciones, que animaron al público a ponerse a bailar entre los pasillos que formaban las mesas. Y con este ambiente festivo, empezó la participación de joteros y joteras compañeros de Rosalía Morancho, que levantaron el entusiasmo de todos. Para terminar, cómo no, acabamos cantando todos juntos "Los labradores". Así terminó la fiesta este año, bueno, con la convocatoria del año que viene, para ser más exactos.


(fotos mjfuster)

Larruy

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Y su dieta tan especial...




Anselmo Gascón de Gotor: "Aragonés con un vaso de vino"


El protagonista de esta historia no era de Campo, sino de Barbastro (Huesca), al menos, vivía allí. Se llamaba Francisco Larruy y era maestro alpargatero. Cuando su hijo Manuel se casó con Antonia Barasona, Francisco Larruy le nombró heredero universal,  reservándose para él el derecho de usufructo de todos los bienes, medida de precaución que solía tomarse casi siempre.
Pasados unos años, Manuel Larruy, el hijo, se puso enfermo y decidió hacer testamento. Era el 4 de febrero del año 1753. En dicho documento nombraba “herederos fideicomisarios de todos sus bienes y en tutores y curadores de sus hijos menores y en executores testamentarios” a su padre, Francisco Larruy, a su mujer, Antonia Barasona, y a un amigo vecino de Barbastro, que se llamaba Jaime Allué.
Al poco tiempo, Manuel Larruy murió. Tal y como estaba establecido en el testamento que había otorgado, las personas que había designado como tutores tenían la obligación de elegir heredero. Así, pues, el abuelo Francisco Larruy fue requerido oficialmente para que acudiera el día y hora señalados a manifestar su opinión. Y allí acudió Francisco.
Antonia Barasona, la viuda, y Jaime Allué, el amigo de la familia, se pusieron de acuerdo y eligieron como heredero a Manuel Larruy Barasona, hijo del difunto, pero para el abuelo esa no era la buena decisión, y, además, en lo que menos de acuerdo estaba era en renunciar al usufructo que todavía conservaba sobre todos los bienes de la familia. Así es que dijo que no, que él no cedía nada y que no nombraba heredero.
Finalmente, las razones que argumentaron los cotutores y el resto de la familia hicieron cambiar de parecer a Francisco Larruy que, después de reflexionar y comprender que a su edad ya no necesitaba demasiadas cosas de este mundo, accedió a renunciar al usufructo del que aún gozaba, manifestando:
Y aún para que el expresado Manuel, mi nieto y heredero con más facilidad y menos reparos pueda mejor lograr su estado de matrimonio, y en señal del verdadero amor que le tengo, cedo y renuncio válida y eficazmente en su favor todo aquel derecho y acción que con fuerza de Señorío y usufructo tengo reservado sobre todos los bienes y universal herencia que quedaron por muerte del dicho Manuel mi hijo y padre de aquél, cuya cesión y renuncia hago”.
Lo que nos llama más la atención de este caso, es la única condición que el abuelo impuso para llevar a efecto su renuncia, que es la siguiente:
Con la condición y no sin ella, de que dicho mi heredero tenga obligación de darme los alimentos necesarios, a saber es para mi desayuno unas sopas y un "guebo" y dos dineros de vino. Al mediodía la comida, compuesta con ración de quatro dineros de carnero y dos dineros de vino y la misma ración de carne y vino para cenar con el pan correspondiente de blanco, con tal empeño que no cumpliéndome con estos alimentos pueda yo usar de mi derecho del señorío y usufructo”.

Parece ser que el abuelo no había perdido el apetito...





1917

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Hace 100 años

¡Parece algo tan lejano! Pero, personalmente, para remontarme a esa fecha solo tengo que pensar en mi padre, que nació en abril del 1917. 
Buscando información de interés general, digamos que muchos países estaban involucrados en la Primera Guerra Mundial, que no terminaría hasta finales del 18, concretamente, hasta el mes de septiembre de ese año. En España reinaba Alfonso XIII, y se sucedieron en el Gobierno de la nación el liberal Manuel García Prieto y el conservador Eduardo Dato. Por los graves acontecimientos políticos y de carácter social que acaecieron aquél año, se conoce ese periodo con el nombre de Crisis de la Restauración o Crisis de 1917.
Campo vivió unos años de auge durante todo el tiempo en el que se benefició de las obras para la construcción de la central eléctrica de Seira, y fue cabeza de puente para la construcción de la nueva carretera hasta Benasque, que no se terminó hasta el año 1918. Además de aumentar el número de habitantes se crearon los servicios necesarios para acoger a los trabajadores que estaban de paso y proliferaron en el término municipal de nuestro pueblo mesones, comercios, carreteros, etc.
Un vez acabada la fase en la construcción de la carretera que dependía de la logística de Campo, y cuando llegaron a su fin tanto los contratos de la mano de obra que trabajaba en ella directamente, como los empleos y negocios que se habían creado en torno suyo, empezó el éxodo migratorio en busca de nuevos empleos en otros lugares. Una muestra de esta emigración se refleja en este dato: entre los años 1900 y 1935, cincuenta y siete hombres nacidos en Campo se nacionalizaron franceses.
Repasamos a continuación algunas noticias de la prensa que tienen relación con nuestro pueblo y su entorno en aquél año de 1917:
17 de enero.- publicado por El Diario de Huesca
En una nota encabezada por el título "Denuncias", se afirma que ha sido denunciado en Seira el dueño de un café servido por mujeres. ¡Seguro que la noticia llegó a Campo! Con fecha 22 de septiembre hemos encontrado otra nota sobre este tema, que dice "El gobernador civil ha circulado órdenes prohibiendo el servicio de las camareras en los cafés de la provincia donde aquellas existían".
7 de febrero.- El Diario de Huesca
En aquellos días debía parecer nuestra tierra el Lejano Oeste, porque bajo el rótulo "Disparos" se da cuenta de que: "Por disparar sus armas al aire, denunció la benemérita de Campo, en Castejón de Sos, a tres individuos"
10 de noviembre. El Diario de Huesca
EL PELIGRO DE LAS ARMAS. "Manuel Vera Colón, joven carretero de Salillas y que presta sus servicios en la Catalana de Gas, tuvo la desgracia junto al mesón "Anselmo" del término de Campo, de que al colocarse la faja se le cayera la pistola browing que llevaba. Al dispararse el arma el proyectil le produjo una herida calificada de pronóstico reservado en la pantorrilla izquierda".
25 de febrero.- El Diario de Huesca
Sobre la mano de obra que venía a trabajar:"NO SON OBREROS. HUESCA (sábado noche). Ha enviado el Gobierno otra expedición de golfos, recogidos en las calles de Madrid, con la pretensión de que trabajen en las obras de riegos del Alto Aragón. Esta nueva expedición es de 36, y muchos de ellos ancianos e imposibilitados. 
Algunos de los golfos regresaron a Madrid el mismo día, y los útiles para el trabajo, en vista de los escasos jornales que se pagan en las obras de riegos, han marchado a El Rún, donde se pagan más elevados jornales en las obras de la Compañía Catalana de Gas y Electricidad.
El pueblo censura la falta de criterio que supone el envío de gentes inútiles para el trabajo".
21 de septiembre. El Diario de Huesca.
"Hace 33 años: la Gaceta anunciaba la subasta para la adjudicación de las obras de la sección de Campo a El Rún, en la carretera de Barbastro a la frontera francesa, por el tipo de 1.201.319 pesetas con 65 céntimos.
10 de noviembre-. El Diario de Huesca
"Hace 33 años: Las gestiones del diputado por Boltaña señor Lacadena para conseguir la subasta y construcción del tramo de la carretera de Barbastro a la frontera francesa, comprendido entre Campo y El Run, tuvieron completo éxito. En la subasta celebrada en Madrid fueron adjudicadas las obras definitivamente a favor de don Pedro Cobos, por 900.901 pesetas"
El Diario de Huesca. Octubre.
En el anuncio que publica el periódico durante el mes de octubre solicitando trabajadores, leemos, entre otras cosas:
"¡OBREROS! La Catalana de Gas y Electricidad S. A. admite peones en las obras que ejecuta en Seira, valle de Benasque, en las siguientes condiciones:
Jornal de 3,50 pesetas. Al cumplir tres meses de permanencia en las obras habiendo trabajado 13 jornales en cada quincena, se abonan los viajes de ida y vuelta en ferrocarril en billetes de jornaleros, hasta Barbastro y autos de Barbastro a Seira y una prima de 50 céntimos por jornal trabajado. Independiente de los viajes, primas y jornales, se abona provisionalmente una gratificación de 6 pesetas quincenales a todo el que tenga 13 o más jornales trabajados".
Mi abuelo Juan Brunet, que trabajó en las obras del Congosto del Ventamillo, nos contaba que ganaba dos reales por trabajar cada día de sol a sol picando en la montaña.
Y algunas de las noticias referentes a los vecinos del pueblo:
 7 de febrero.- El Diario de Huesca
"LETRAS DE LUTO. DESDE CAMPO. Víctima de terrible y traidora enfermedad falleció el día 12 del actual, a la edad de treinta y nueve años, don José López Cardiel, habiendo tenido lugar el entierro y conducción del cadáver al Cementerio en el día 14, que por cierto resultó una imponente manifestación de duelo, pues presidido por el Ayuntamiento asistió el vecindario en masa, sin distinción de clases, prueba evidente de las muchas y merecidas simpatías que gozaba el finado y goza su familia. 
Nosotros, que nos honramos con la amistad personal y política de su apenado padre, el prodigioso  consecuente jefe de los liberales de esta villa, don José López Vidaller, además de los lazos de amistad que nos unen con las familias del malogrado y su afligida esposa doña Carmen Javierre, lamentamos sinceramente tan irreparable pérdida, significándoles el testimonio de nuestro profundo pésame".
26 de diciembre. El Diario de Huesca
DESDE BOLTAÑA. Una boda
El día 20 de los corrientes se celebró en esta villa el enlace matrimonial de la bellísima y gentil señorita Carmen Blanch Valiente, hija del conocido juriconsulto don Sebastián Blanch Galindo...
Bendijo la unión y celebró la misa el reverendo cura párroco de Torrelisa, don Antonio Monclús, siendo padrinos el padre de la desposada, en representación de don Miguel Blanch Galindo, rico propietario y celoso alcalde de la villa de Campo, que por efecto del temporal de nieves no pudo concurrir al acto, y doña Delfina Laso, viuda de Nuñez, acaudalada propietaria de esta villa....".


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