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¡Pap! ¡no hay orquesta!

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Parece ser que, debido a la situación sanitaria que estamos viviendo, las Fiestas de Campo, como las de tantos lugares, se han anulado. Bueno, como se suele decir, lo importante  es que estemos bien, y ya habrá tiempo más para adelante para las celebraciones.



Pero con el pensamiento, podemos seguir todos: 

Bailando 

al mismo  ritmo


Del programa de la Fiesta de Campo del año 2008:


«Las fiestas mayores de los pueblos son una feliz conjunción de muchas cosas. Las que yo recuerdo, de Campo, eran una amalgama de comida, bebida y música.

Por lo que se refiere al buen comer, la cosa iba de más a menos, en el sentido de que se empezaba con el aperitivo y los canelones de la copiosa comida del primer día y se terminaba con la sopa del tercer día, que ya nadie se molestaba en probar, pues todos estábamos agotados y medio dormidos.

El tema de la bebida, por el contrario, iba de menos a más porque, aunque se empezara consumiendo con moderación, a fuerza de ir acumulando vermuts, vino, champán y melocotón con vino, al final muchos andaban francamente cargados, como se solía decir.

Con la música era diferente, no había altibajos, era lo más importante desde el primer momento de la fiesta hasta el final.

El pasacalles de la víspera de la fiesta abría los festejos. La orquesta contratada para esos días desparramaba a los cuatro vientos sus notas «marchosas» y los expertos oídos musicales de nuestros paisanos no necesitaban escucharlas mucho rato, para saber si aquél año la orquesta era buena o si los de la Comisión "se habían lucido" (dicho con sorna montañesa)…

Fueran buenas o peores, a las orquestas que venían para la fiesta se las requería para varias prestaciones. Igual tenían que actuar en la misa mayor como en el concierto de la sesión "vermut", o en los bailes de tarde y noche. Para cada momento había una composición musical apropiada, un vestuario de los músicos acorde a la situación e incluso una actitud que podía ir del grave, en la iglesia, al concentrado de la hora del vermut, cuando interpretaban "los Sitios de Zaragoza", hasta el desenfadado, cuando a la hora del baile se desataban con el "Twist de Saint-Tropez".

Al acabarse las fiestas se marchaba la orquesta, pero algo quedaba suspendido en el aire y bien guardado en la memoria de los vecinos (y vecinas) de Campo: era el repertorio de las canciones que habían ofrecido en las sesiones de baile.

En aquellos tiempos en los que prácticamente nadie del pueblo tenía la oportunidad de escuchar la radio, y la tele no había llegado todavía, la actuación de la orquesta en la fiesta era la única oportuni
dad de descubrir, por ejemplo, los éxitos del Festival de San Remo, que en la década de los 60 era el certamen que ponía de moda las canciones que se iban a bailar durante todo el verano.

Gracias a las repetidas interpretaciones que las orquestas ofrecían de aquellos temas, todo el pueblo se sabía de pé a pá la letra de "Marina" (Marina, Marina, Marina, contigo me quiero casar...), la de "Buonasera signorina, buonasera" o la de "Dime cúando tu vendrás" (dime cuándo, cuándo, cuándo...).

No sé cuáles serían las canciones que 
mis padres escucharon y bailaron en su juventud. Me imagino que debían recorrer la plaza al ritmo de pasodobles, tangos y hasta alguna ranchera, además del “Tiro liro”. Sí que recuerdo lo que nos contó yayo Juan: que en su época se bailaban mazurcas y jotas. A nuestros hijos, que viven pegados a la música y dependen de su lector de mp3, lo que puedan oir en la plaza no creo que les impacte lo más mínimo: ni les anima a bailar ni le prestan ninguna atención.

De todos modos, a pesar de que la música cambia de un año para otro, en Campo existe un ritmo que marcan todas las generaciones juntas, un baile en el que todos participan, y al que acompasan sus movimientos piernas jóvenes y viejas. Se sigue bailando todavía el último día de las fiestas, del mismo modo que lo hicieron nuestros padres y abuelos (aunque con una cadencia un poco distinta, según opiniones expertas). Nos referimos, por supuesto, a la chinchana.

La chinchana es la gran ocasión que se presenta una vez al año para poder compartir todos juntos un rato de alegría, de diversión y de ganas de hacer pervivir una tradición. Mal comparado, la chinchana es como nuestro himno, un himno que en vez de cantarse se baila. Es una manera de manifestar que estamos contentos y que queremos disfrutar y ser felices con los demás, todos juntos. Bien pensado ¡que lástima que se baile solo una vez al año!»

(Fotos M. J. Fuster, año 2018)


Cuando las casas rebosaban de invitados...

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 Hace algunos años...




Puesta al día entre vecinas 


- ¿Qué, María? ¿esperaz mucha chen pa las Fiestas o qué?

- Pues alguno vendrá…

- Joaquín seguro que no se las perderá, ¿verdad? ¡Cómo disfruta ixa criatura en Campo! ¿Cuántos críos tiene ahora? Ya no me n´acordo si son tres o cuatro…-

- Sí, tres críos, tres… Dos zagals y una nena. Sí que vendrá con toda la familia, como les gusta tanto…

- Vay nina, pues estarez entretenius. Porque tu cuñada Pilar tamé vendrá…

- Sí, con el novio…

- Ixo que no falte, que a los novios y las novias los pasean por todas partes…

- ¿Y vusotros? ¿tamé esperaz mucha chen?

- Pues de momento solo se han apuntao Antonio con la mullé y Joaquín, tamé con la mullé y los dos zagalons. Aunque la Luisa  també va llamá anoche pá preguntá si podeba venir con unas amigas de Barcelona… No sé qué faran al final... Bueno, ¡que faigan lo que quieran! Y Miguel tamé vendrá con dos zagals de la oficina que traballa... Que venga qui quiera, que yo no me pensó complicar la vida por estas cosas.

- Sí, Pilar, pero las comidas, como aquél, a on comen dos comen cuatro, pero lo pichó e pá dormir, que faltan camas y no n´ay sitio per toz.

- ¡Pero si la chen choven no las necesita pa nada las camas! Cuan se retiran ellos a casa per la mañana, ya se han levantao toz los demás. Y cuan queda una cama libre, pues ya la puede ocupá el que la necesita… 

- ¡Que bruta que yes, María! Que no e lo mismo que se te meta en la cama tuya un hijo que un zagal que no conoces de nada.

- Pero si tu ya no yes, ¡que más te da! Y las criaturas no se enterarán de nada.

- ¡No s'en d'enterá...! ¡Que barbaridades! Estas fiestas mos fan lloquiá.


Pido disculpas por el modo en el que escribo este patués de estar por casa que, más o menos, suena como el que hablaban mi abuelo y mi madre, aunque no tengo ni idea de cómo se escribe...


En Agosto

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 LAS FIESTAS DE LA VIRGEN DE LA ASUNCIÓN


Celebración 2018

Y LAS LLUVIAS...  AGUAFIESTAS

1964

1965

Vengo de la Luna

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Vengo de la Luna.

He hecho un viaje de siglos. 

Me ha traído hasta aquí,

la voluntad firme

de querer vivir,

donde están los míos.

He sembrado el camino

de recuerdos que no comen los pájaros,

porque quiero dejar abierta

la posibilidad del regreso.

Al llegar he encontrado flores,

pero sé que después habrá frutos

y luego hojas secas,

porquue en la Tierra

todo es efímero.

Pero quiero vivir

el vértigo de lo caduco,

y me he disfrazado de "terranauta",

y he aprendido 

el lenguaje de lo sin sentido.

Conozco los sentimientos quebradizos,

y la imposibilidad de estos seres

de medir con sus reglas

amores infinitos.


Cuando sólo la Luna y alguna farola

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Iluminan la noche








Fotos de Angel, Patricia, Pepe, 

San Blascut

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POR FAVOR: AYUDA A LOS QUE OYEN MAL, Y A LOS QUE NO QUIEREN OIR...

Este año no se ha hecho la tradicional romería al santo, el segundo día de la fiesta, pero siempre es buen momento para pasarse por la ermita, ofrecerle una oración a San Blascut y contemplar el pueblo de Campo desde las alturas. Se nota que ya estamos a mitad del verano y el paisaje que se contempla ya no es muy verde que se diga, más bien un poco reseco, pero ¡que bonito es nuestro valle!



y para recordar la fiesta:

                                  Fotos gentileza de Angel Huguet: 2020 y 2014

A la fuente

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A buscar agua,

a merendar,

a pasar el rato 

Hace unos cuantos años, digamos para ser más exactos en la década de los 50, 60 y principios de los 70 (antes no lo sé, y después tampoco), los vecinos de Campo dedicaban mucho tiempo y muchos pasos a ir a las fuentes que había en torno al pueblo.  Se iba allí a buscar agua, pero también era una manera de hacer una buena caminata, merendar con la familia o los amigos y pasar un rato agradable.

La fuente de la Coma.- Era y es la más apreciada. Esta a cierta altitud en la montaña del Obago y se subía por un empinado camino. Posteriormente se hizo una pista, que permitía llegar hasta muy cerca de la fuente con automóvil. Desde allí arriba, se disfruta de una bonita vista de nuestro pueblo, con el Cotiella al fondo y el Rialgo, abajo, en primer plano. 

La fuente del Chorro, o del Churro.- Situada en la antigua carretera de Campo  a Murillo, poco antes de llegar al puente roto que conducía a Navarri. Sale por un caudaloso chorro, directamente del interior de la roca del Obago 

Fuente de Catalina.- Se encontraba en una finca de la familia de Justo Catalina. Salía el agua a poca altura del suelo, lo que no permitía llenar las garrafas fácilmente. Este lugar, tenía la gran ventaja de que era de fácil acceso para niños y personas mayores, y por eso muchos grupos familiares la elegían para ir a merendar y pasar un rato al aire libre. 

Fuente de las Comadres.- Se encontraba a la derecha de la carretera que llevaba a Murillo de Liena, creo que era una filtración del agua de la Coma. Salía poco caudal de agua y a poca altura.

Por la mañana iban a la fuente aquellos vecinos que disfrutaban yendo a buscar agua buena para la familia y, de paso, atendían las peticiones de amigos y conocidos... Estos voluntariosos y voluntariosas transportistas, caminaban rápido y llevaban un par de garrafitas en cada mano. Muchas veces recurrían a un "remolque" de tres ruedas, que había que empujar, y así aprovechaban bien el viaje. 

Por las tardes ya era otra cosa. Los que iban a la fuente eran bulliciosos grupos familiares o de amigos, cargados con pocas garrafas pero con algunas cestas, donde llevaban la merienda, chaquetas por si refresca, gorras por si les da el sol, etc. Las señoras iban vestidas un poco "casual", pero arregladas, y los varones de cierta edad llevaban sombrero y se ayudaban de un bastón, que hacía elegante. Todo el mundo se saludaba y se intercambiaban las frases de rigor:

- ¿Ya nos habéis dejado un poco de agua para nosotros -preguntaban jovialmente los que iban a la fuente- o os la habéis bebido toda?

-  Tranquilos -contestaban los que volvían- que aún queda. No os la beberéis toda, no...

Y así, con la excursión a la fuente, pasábamos una tardes estupendas por el importe de 0 pesetas...


Escándalo

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 y penitencia


La historia de hoy no tiene protagonistas, bueno, me explico, tiene protagonistas pero no son IDENTIFICABLES. Y.. ¿por qué? Pues porque les he cambiado el nombre. Y... ¿por qué? Pues porque aunque los hechos sucedieron hace casi 300 años, en 1745, los apellidos que se mencionan son los mismos que todavía persisten en Campo y no queremos que por culpa nuestra se haga la conexión entre unas y otras personas. Tampoco es que se trate de una acción criminal ni nada vergonzoso... Bueno, mejor vamos a explicar de qué va.

A mediados del siglo XVII, dos jóvenes de Campo, a los que llamaremos Joaquín y Theresa, daban mucho que hablar a sus vecinos porque no podían disimular que se gustaban y, aunque esto podía ser algo normal, el problema estaba en que eran primos hermanos, pues sus madres eran hermanas. Cada día que pasaba la situación se hacía más explosiva y, como se decía antaño, "tanto va el cántaro a la fuente", que al final pasó lo que era de esperar que pasara y Theresa se quedó embarazada.  Poco después, todo el vecindario se enteró de que había sufrido un aborto, involuntario según su familia.


Ante tal escándalo, Joaquín y Theresa decidieron pedir una dispensa papal para poder casarse y acallar las murmuraciones. En la declaración que presentaron explicaban que "con su trato e inclinación del uno al otro, y a fin de casarse, llevados de su pasión y fragilidad se conocieron y tuvieron trato carnal, del cual y sus accesos resultó haberse hecho preñada la dicha Theresa...".  así las cosas, Joaquín quería "cumplir con tan justa obligación y que la dicha Theresa no quedase difamada, y le prometió su palabra de matrimonio y acudir a su santidad a solicitar la dispensación conveniente".

Considerando el escándalo que habían montado, se autorizó su matrimonio para acallar las murmuraciones, pero se les impuso una penitencia.

Durante tres meses Theresa tendría que "oir misa y también rezar parte del rosario de rodillas, y si algún día por impedimentos no pudiere desempeñarlo, deberá reemplazarlo con otro, de modo a completar los tres meses".

Por lo que respecta a Joaquín, la penitencia impuesta era la siguiente: "Que por espacio de tres meses continuos, toque las campanas de la Iglesia Parroquial del lugar de Campo, tarde y mañana, a las oraciones. Cuide de la lámpara que alumbra en dicha iglesia el Santísimo Sacramento, atizar y componerla diariamente y barra la Iglesia todas las vísperas".

Además:

Joaquín y Theresa deberán "oir y asistir a misa el primer día festivo en la Parroquia de Campo, siendo puestos embozados sobre la grada de la misma parroquia, en pie, sin capa ni mantilla, con una vela o candela encendida cada uno en sus manos, sin arrodillarse sino al tiempo de la celebración de la Sagrada Hostia y, concluida dicha misa en dicha forma atento quede dispensado dicho impedimiento de parentesco...". 

Por una vez, nos parece que la penitencia impuesta al novio era más dura que la que le tocó hacer a la novia... De todos modos, bien está lo que bien acaba y esta historia tiene final feliz, porque sabemos que Joaquín y Theresa se casaron, tuvieron varios hijos y vivieron muchos años.

  


Calbera (Calvera)

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Algunos datos de este apellido:

Francisco Calvera, labrador de Campo, vende en 1695 una propiedad a Martín Revilla, tejedor, que éste compra por 1240 sueldos jaqueses.
Martín Revilla se casó con Mariana Calvera, cuya filiación exacta no conocemos (aunque probablemente era hija de Francisco Calvera), el 28 de enero de 1703. Fueron los padres de Lorenzo Revilla Calvera y  Anna María Revilla Calvera.
                                                         
Gustave Majer

Josep Calbera se casó con Angela Lacorte y, un hijo suyo, llamado Marcial Calbera Lacorte, nacido en Campo, fue notario. Marcial nació el 12 de abril de 1716 y se casó con Theresa Lascorz Abentín en La Buerda, el 16 de abril de 1705. Theresa era hija de Joseph Lascorz Cabero y Josefa Aventín Fumanal, siendo la profesión de Joseph Lascorz también la de notario. De este matrimonio nacieron:
Theresa Calbera Lascorz 
- Josefa Calbera Lascorz, nacida el 12 de abril de 1716 en Campo, siendo sus padrinos Manuel Serena y Josepha Ballarín. Se casó el 11 de abril de 1736 en Campo con Francisco Canales Galindo, actuando como testigos del enlace Joaquín Sanz y Pedro Galindo, de Campo. Fueron los padres, entre otros hijos, de:
1) Francisco Pedro Canales Calbera, nacido el 4 de febrero de 1737 y casado con María Teresa Garuz Altemir en Las Vilas, el 22 de noviembre de 1762,
2) María Teresa Canales Calbera, que contrajo matrimonio con Juan Campo Peiret de Navarri. 
3) Pedro Antonio Canales Calbera, nacido el 26-4-1745 y casado con María Teresa Costa Pena, después de haber obtenido Dispensa.

CHÍA

Figura también en nuestro estudio familiar, una MARÍA CALBERA casada con Francisco Vidaller, de la que no estamos seguros si pertenecía a la rama de Chía o a la de Sahún, aunque estaban emparentados entre ellos. Esta familia, en el siglo XVII se vio envuelta en un asunto espinoso. Se trataba de lo siguiente:
ANTÓN CALBERA, de Chía, labrador, murió habiendo hecho no un testamento, sino dos, con distintos beneficiarios. Así las cosas, se presentaron ante el notario por una parte  Pedro Calbera, habitante en Chía y Matheo Calbera, habitante en Villanova, y por la otra, Juan Cortina, Isabel Juana Calbera y Ana Cortina, declarando que entre ellos había habido problemas a raíz de la existencia de esos dos testamentos, pero que estaban dispuestos a llegar a un acuerdo.

"Ha habido en años pasados diferencias y pleytos sobre la sucesión y otras pretensiones, en los bienes que fueron y quedaron por muerte del quondam Antón Calbera, labrador, vecino que fue de dicha villa de Chía, originadas parte de dichas diferencias por haber muerto aquél con dos testamentos con mucha ambigüedad e incertidumbre, cual había de subsistir, y también por otros motivos y fundamentos y para evitar enfados y aclarar aquellos sin pleytos y espensas....".

Enfín, para solucionar el problema los interesados nombraron a Antonio Torrente, notario real domiciliado en Campo, y a Jacinto Lanao, notario real domiciliado en Ainsa, para que "entrambos amigablemente mediante su sentencia arbitral decidieran, absolvieran, condenaran y pronunciaran lo que mejor les pareciese para la decisión de dichas pretensiones y diferencias".

Esta fue la decisión a la que llegaron las dos partes, un 6 de septiembre de 1658.

Dos amigos

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muy diplomáticos 


Mi abuelo Juan Brunet y su buen amigo y vecino, el Sr. Francisco Mur, de casa Galindro, estaban todo el día juntos. Con los demás eran bastante comedidos, pero entre ellos eran muy dicharacheros y se pasaban horas hablando, en el patués de Campo, desde luego,  enriquecido con todo tipo de expresiones y adornos retóricos acostumbrados.  

Ya en los últimos años de su vida, un día visitó el párroco de Campo a mi tía Dorita, como había hecho ya con la hija del Sr. Francisco, y le comentó que iba a venir el obispo de Barbastro en visita pastoral a nuestro pueblo y había manifestado su interés por saludar al abuelo y a Francisco, pues eran los más viejos del lugar. Quería saber si a ellas les parecía oportuno. Ellas dijeron que sí y los "seleccionados" también dieron su conformidad:

- Que venga, aquí mos encontrará -sentenció mi abuelo.

Y se fijó día y hora para la entrevista. La reunión sería en casa de mi tía.

Llegado el día "D", los pusieron lo más elegantes posible y se procedió a aleccionarlos un poco, porque, la verdad, aunque eran muy buenas personas y respetuosos con la religión, resulta que tenían la lengua un poco desatada, y, como era costumbre en aquella época y lugar, soltaban sin darse cuenta muchas maldiciones y palabras malsonantes. No me parece bien repetirlas, pero digamos que casi todas empezaban por "mecagüen". 

Un momento antes de que llegara el obispo, mi tía colocó algo de comida "para picar" sobre la mesa, y mi abuelo puso una jarrita de vino de un "tonelet" especial que tenía, y a mi hermano Rober se le ocurrió poner debajo de la mesa camilla, una registradora para ver si podíamos enterarnos, "a posteriori" de lo que habían hablado los tres tertulianos.

Ni que decir tiene que cuando terminó la entrevista y el obispo, muy contento y satisfecho se despidió,  nos precipitamos a escuchar el casette para ver si aquella pareja habían pasado la prueba,  y lo que oímos nos hizo saltar las lágrimas, de risa.

La conversación había sido amena y distendida,  eso sí, pero los muy tunantes habían sido muy falsos: se habían dedicado a nombrar, entre suspiros, a toda la Corte Celestial (a saber las caras que pondrían...). Nunca habíamos oído tanta jaculatoria, pues cada dos palabras soltaban un "¡Bendito sea Dios!", "¡Alabada sea la Virgen!", "Dios no quiera...", "Que la Virgen del Pilar nos ayude...", "La Virgen de la Carrodilla nos guíe..". etc etc, pero de taco ¡ni uno!

Y es que como bien dijo el abuelo, sabiendo lo que la gente quiere oír, no cuesta nada tenerlos contentos, ¿para qué les vas a dar mal rato llevándoles la contraria? Ni ellos cambiarán de idea, ni a ti te van a convencer de nada.

Diplomacia en estado puro. Y ganas de vivir tranquilo. 

                                                          Juan Brunet y Joaquín Mur

      

La madera del árbol

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la LABOR del hombre

La saca.- Una vez cortada la madera en el monte, se arrastraba con machos desde el lugar de la tala a pie de pista, donde se transportaba por cable, tractores, camiones o por el río, hasta las serrerías (o cerca, cuando bajaba por el río).



Una vez en la serrería, la madera se cortaba, se serraba, se transformaba,  se almacenaba, se vendía... 



Así pues, la función de las serrerías era transformar la madera "en rollo" en la pieza exigida para la función a la que iba a ser destinada: vigas para la construcción, traviesas para los ferrocarriles (se hicieron muchas después de la guerra), postes para los tendidos eléctricos, palets para fábricas... mientras los carpinteros se dedicaban a abastecer de muebles los hogares de Campo y alrededores...


(Vehículos: Eugenio Campo, de Monzón, y Joaquín Canales y Daniel Fuster, de Campo. Fotos M. J. Fuster)


Sin carretera

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Carretera de CAMPO a SEIRA CORTADA POR OBRAS


Queremos comunicar que la carretera N-260 de Campo a Benasque, concretamente desde Campo a Seira, quedará cortada al tráfico desde el 1 de octubre al 30 de noviembre. No se permitirá el paso de ningún vehículo, salvo los de emergencia.

Próximamente ofreceremos más información.

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Aprovechamiento de la madera

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 Materia madre,

Más que prima…



De la madera no se desperdicia nada. En los años 50, 60 o 70 del siglo pasado, que suena a prehistoria pero son los que viví, de la madera cortada y aserrada se obtenían costeros (la parte exterior del tronco), puntas de tronco, trozos irregulares procedentes de la manipulación, serrín, virutas... Algunos de estos residuos se llevaban a las fábricas de papel para transformarlos en pasta de celulosa, con otros se fabricaban chapados y conglomerados; la leña era aprovechada como combustible, así como las astillas, virutas y el serrín, con el que se "cargaban" muchas estufas en Campo. El serrín también era usado para la limpieza en establos y grandes superficies, por su poder de absorción, y también en agricultura tenía y tiene, muchas aplicaciones. 

Desde antiguo, el hombre ha construido con madera, como se ha dicho repetidamente, desde la cuna hasta el ataúd para familia: desde las vigas hasta los techos y los suelos; las puertas, las ventanas, las mesas y las sillas de su casa. La ha utilizado para fabricar utensilios domésticos, herramientas de trabajo, bastones (ganchas) para la gente que caminaba con problemas, carros y tartanas para transportar personas y mercancías.... Y con madera no solo se cubrían las necesidades básicas, sino que con ella se encontraba la manera de hacer la vida más divertida o más bella, como construyendo juegos y juguetes,  obras de arte y artesanía, instrumentos musicales o, incluso, convertida en fuego, acompañar algunas celebraciones, como San Juan o Nochebuena.

En Campo, en el siglo XIX floreció una importante artesanía dedicada a la elaboración de cucharas, con la que se fabricaron miles de ellas, además de otras piezas de uso doméstico, que se comercializaron por toda España y que  dio trabajo y recursos a muchas familias.

Varios vecinos, a lo largo de los años, han tenido su taller de carpintería en Campo, desde donde atendieron las necesidades locales. Y dos serrerías, que trabajaron activamente después de la guerra, hasta poco antes de acabar el siglo pasado, formaron un núcleo industrial que pudo ofrecer trabajo a personas de nuestro pueblo y su entorno.

Y, desde luego, todas estas aplicaciones que se le dan a la madera no pueden hacernos olvidar muchas otras, como son las que proporcionan los troncos de los árboles vivos (corcho, resinas), los frutos, sus hojas... Para concienciar a la sociedad de la importancia de los árboles, en la primera mitad del siglo XIX se popularizó la Fiesta del Árbol, en la que se implicaban escuelas, ayuntamientos y otras instituciones, colaborando todos los vecinos.
   
Carro hecho en Campo. Foto de Antonio Castel

Constructores de carros. Foto de Daniel Mur
Virutas en la serrería Fuster


 

Estufa de serrín

Artesano de Viu en la Feria de la Artesanía

Joaquín de Mur en el Museo de los Bastones


Juego de las Birllas

Barbería miniatura. José Sesé

Daniel Fuster

Pepe Canales


Instrumentos de música

La fogata de Navidad
  
Fiesta del Ärbol (¿1927?)


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Campo


Origen de los Aventín de Campo

 

 

Escudo de los Aventín de Campo

   

El apellido Aventín no es muy frecuente en España. Los que aparecen en nuestro estudio están localizados en algunos pueblos altoaragoneses, como, Barbaruens, Campo, Foradada, Graus, Güel y Puebla de Roda, aunque, probablemente, debe existir en otros lugares. Creemos que el apellido de nuestra tierra tiene su origen en el santo galo San Aventín de Aquitania.

Esto es, brevemente expuesto, lo que hemos descubierto como resultado de nuestra investigación.

  

En Francia se veneran:

 

Saint Aventin de Chartres, obispo de Chartres. Se retiró a Chateaudun y allí vivió como eremita, falleciendo en el año 520.

 - Saint-Aventin de Tours,  nacido en Inglaterra a mediados del siglo XII. Fue discípulo de santo Tomás de Canterbury con el que acudió al concilio celebrado en Tours (Francia) en el año 1163. Cuando fue asesinado santo Tomás, se instaló cerca de Tours, en Saint-Pierre de Vençay, donde vivió haciendo penitencia. Gozó de tanta fama que al morir en 1180  los habitantes cambiaron el nombre del pueblo por Saint-Aventin.

 - Saint Aventin de Troyes, limosnero del obispo de Troyes hasta que se retiró a vivir como ermitaño, en un lugar que tomó después el nombre de Saint-Aventin. Murió alrededor del año 538.

Saint-Aventin. Francia. M. J. Fuster

  - Saint Aventin de Aquitanie, nacido el año 782 en el pueblecito Saint Marie, a 5 km. de Luchon, en el valle de Larboust. Su familia pertenecía a la oligarquía local. Siendo joven se retiró a hacer penitencia a una ermita. Lo musulmanes lo decapitaron y, desde el primer momento, se le atribuyeron milagros. Cuenta la leyenda que después de haberle cortado la cabeza, él mismo la cogió entre sus manos y caminó durante unos metros, hasta que cayó al suelo, donde fue enterrado. Este milagro se atribuye a los santos a quienes se les da el nombre de cefalóforos, aquellos que, después de haber sido decapitados, sostienen su propia cabeza entre las manos. El escudo de los Aventín lleva una cabeza decapitada.  

Saint-Aventin (Francia). M. J. Fuster


Ribagorza:

En el siglo X, Bernardo Unifredo entró en Hispania para hacer frente a los musulmanes, por mandato de Carlos el Simple, de la dinastía carolíngea. En el año 916 consiguió la expulsión del valle de Isábena de las gentes que obedecían al caudillo oscense y logró independizar la Ribagorza del Pallars.


Roda de Isábena. M. J. Fuster.


A mediados del siglo X se creó la sede episcopal de Roda de Isábena, dependiente de la mitra de Narbona. Se reedificaron monasterios que se pusieron bajo la autoridad del obispo rotense, como el de Obarra, y se crearon nuevas iglesias.

La repoblación de las zonas que habían quedado desiertas tras la ocupación musulmana, en un primer tiempo se llevó a cabo  de forma espontánea, por hombres que ocupaban y señalaban la tierra que iban a cultivar, instalándose allí con sus familias. Este sistema se conocía como aprisio o  presura y permitió que poco a poco se fueran repoblando las áreas del Urgel, Pallars y Ribagorza.

 Se incentivó a la población del sur de Francia, especialmente a los hispani (refugiados en suelo francés de origen español) a colonizar las tierras del norte de la Península. Eran hombres libres que, a cambio de la libertad de la que gozaban, tenían que hacer frente a su propia defensa y atendían por si mismos a la construcción y dotación de un lugar de culto en los lugares donde se asentaban.

Saint-Aventin (Francia). M. J. Fuster

 

En Francia en el siglo XI, se encontró el lugar donde estaba enterrado el cuerpo de San Aventín de Larboust. Hacía tres siglos que había sufrido martirio y era muy venerado por sus paisanos, pero se desconocía el lugar de su sepultura. Cuando se descubrió, se levantó allí mismo una ermita y en Saint Marie, en el lugar donde el santo nació y vivió con sus padres, se edificó una iglesia que le fue dedicada. A partir de entonces se cambió el nombre del pueblo y pasó a llamarse Saint Aventin.

En la Edad Media se manifestó una gran devoción por los santos locales y, no es de extrañar que los franceses que cruzaban los Pirineos, introdujeran el culto de sus santos en los lugares donde se instalaban.

La instauración  del culto  de San Aventín se  llevó a  cabo durante la colonización de las tierras desiertas de Ribagorza, como lo muestran algunas pequeñas iglesias construidas entonces.  Esas primitivas iglesias se encuentran todas a pocos kilométros de la frontera. Desde el pueblo de Saint Aventín, en Francia, llegarían cruzando el Puerto de Benasque, paso natural entre Francia y España durante siglos. Las iglesias al santo datan del siglo XI o XII y fueron vinculadas al monasterio de Obarra. Podemos citar:

 

Saint-Aventin a la izquierda de Bagneres-de-Luchon
- Bonansa: la ermita se alza en la cumbre de un cerro  y está considerada la iglesia más antigua dedicada a San Aventín, de origen castrense, algunos autores la datan en el siglo XI. 
Sahún: situada en una finca particular en el término de Sahún.
Casas de San Aventín (Huesca). Santiago Ricarte

- Casas de San Aventín: se encuentran al este del pueblo de Torre la Ribera y tienen una capilla de origen románico, muy modificada en el siglo XVI. Están situadas a 5 Kms. de Biescas de Obarra y a igual distancia de Beranuy.

 - Montanuy: alrededor del pueblo se encuentra un monte denominado San Aventín y en su cumbre hay una capilla bajo la advocación del santo. Junto a ella una casa con una capilla, dedicada a la Virgen de los Dolores.

 - Erdao: es una pequeña aldea del término de Graus. Su parroquial es una construcción lombarda del siglo XI dedicada a San Aventín.

  

El dominio de Obarra alcanzó su máximo desarrollo en el siglo XI, con la ocupación del soberano pamplonés Sancho III el Mayor, que ya había procedido a la conquista de Sobrarbe y la zona del Esera.

Obarra pasó a depender del monasterio de San Victorián, en el Sobrarbe, en el año 1076. Después de algunos años en los que el abad de San Victorián desempeñó también el cargo de prior de Obarra, se pasó  a desdoblar las dignidades de abad y prior, aunque los núcleos más importantes siguieron sujetos a la administración directa de la abadía de San Victorián. Concretamente, Obarra perdió las villas de Magarrofas, Torre la Ribera, Villar, San Aventín, Racons y Brallans, que pertenecieron a San Victorián.

 

Hombres y familias ubicados en torno al monasterio de Obarra, fueron repoblando durante el siglo XI y XII todo el área de Nocellas, Valle de Lierp, Valle de Bardaxí, hasta Campo, en una clara progresión de asentamientos hacia el oeste, acercándose así al nuevo centro de poder: San Victorián.

 

Casas de San Aventín. Santiago Ricarte.

El apellido


Los datos consultados sobre los Aventín instalados en Campo, que durante muchos años llevaron el nombre de San Aventín (con las vacilaciones ortográficas que siempre se daban: Santaventi, Santa Aventi) bien podría ser considerado toponímico, porque hacen referencia al linaje procedente del lugar de San Aventín o las llamadas Casas de San Aventín. Estas casas se encuentran ubicadas, como hemos señalado, en el valle del Isábena, en una solana al norte de Villacarli, a 1180 m. de altitud. Son en realidad dos casas y junto a la principal se levanta (más bien, se derrumba) una iglesia románica, en la que se hicieron importantes transformaciones. Al tratarse de un lugar que pertenecía a una sola familia, aunque vivieran allí otras personas ajenas a la misma,  cuando se instalaban en otros sitios, se hacia referencia a ellos mencionando el lugar de donde eran originarios. Y es que, como en aquella época los apellidos no estaban fijados todavía, cuando se tenía que identificar a una persona se hacía con su nombre de pila y a continuación con la mención del lugar de procedencia.  El escaso número de moradores en el núcleo inicial fue la causa de su débil expansión por otros lugares y de que el apellido se encuentre únicamente en un área geográfica muy reducida.

 

Interior de la iglesia de Casas de San Aventín. Santiago Ricarte 


En el Fogaje de la población de Aragón del año 1495, encontramos mencionados en Campo: Arnalt de Santa Venti, bayle y Domingo de Santa Venti. En Morillo de Liena se cita entonces a Mossén Pedro de Sant Aventi. En el mismo Fogaje, perteneciente a Torre de la Ribera, figura la Casa de Sant Abenti, del lugar de "Sant Abenti". Insistimos en que, aunque la grafía varía, es evidente que se trata del mismo nombre.

Así lo volvemos a encontrar en el Concejo General de Campo, en 1528, en el que figuran: Joan de Sant Aventín, fidalgo y Arnalt de Sant Aventín también fidalgo.

 

Sin embargo, en una dispensa de matrimonio del año 1641, solicitada por Pedro Abentín, de Campo, para casarse con María Pueyo, de Toledo (Huesca), encontramos ya el primer escrito en el que aparece asimilado «Abentín» como apellido y donde ya no se menciona el “san”. No en vano las directrices del Concilio de Trento (1543-1563) fueron determinantes para la fijación de los apellidos, al establecer el sistema de transmisión de los mismos por vía paterna. Además, se estableció la obligatoriedad de llevar los « Cinco Libros » en todas las parroquias, en los que había que hacer constar bautismos, matrimonios, defunciones, confirmaciones y cumplimiento pascual. A partir de entonces, el sistema de identificación del individuo ya no se basaba en el lugar de procedencia u otra seña personal, sino que correspondía al nombre de pila que le daban en el bautismo, más el apellido del padre.

 

En la mencionada dispensa del año 1641, se remontan los datos genealógicos cuatro generaciones, lo que nos permite conocer que Pedro Aventín, el solicitante, desciende de Pedro Aventín, 1° de ese nombre, que vivía en Biescas de Campo (entre las Casas de San Aventín y Campo), y que un hijo suyo, Pedro Aventín, 2° de ese nombre, se instaló en Campo en 1575, donde tuvo un hijo llamado Felipe Aventín, que fue el padre del Pedro Aventín, 3° de ese nombre, el solicitante de la dispensa. 

 

Podemos concluir que, dada la relación de los Aventín de Campo con las Casas de San Aventín y la de este lugar con el santo galo, no se puede negar el origen francés del apellido Aventín. 

 

Santos cefalóforos


Este trabajo lo habíamos presentado en una web que teníamos de Campo, ahora lo traemos al blog para tener toda la información de nuestro pueblo reunida.

El abuelo se pone chulo

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y quiere ir a la moda

Mi abuelo Daniel era muy presumido, y le gustaba lucir "palmito". Para algo se había casado con la hija del molinero, que había sucumbido a su buena planta. Al abuelo, trabajar trabajar no le llamaba mucho la atención, pero hablar y cultivar las relaciones sociales sí, era lo suyo.


Daniel se quedó viudo en 1947 y mis padres se fueron a vivir con él. En casa ejercía de máxima autoridad, no porque lo exigiera él, sino porque mi padre así lo establecía. De todos modo, para ser sinceros, alguna que otra vez hubo que pararle los pies.

Recuerdo que, en el otoño de 1960, cuando empezaron a llegar los primeros fríos, un día mi madre le dijo al abuelo:

- Ya ha empezado a refrescar, tendrá que coger el abrigo cuando vaya al bar de Mariano por las tardes.  

¿Qué abrigo?  

- Pues el suyo -dijo mi madre.

- Yo aquél abrigo del año pasado, y del otro y del otro, no me lo pongo más.

- Pues, ¿por qué no se lo ha de poner? ¿qué le pasa a ese abrigo, si es bien bueno?

- Yo no digo que sea malo -replicó mi abuelo- pero me sobra abrigo por todas partes, de largo y de ancho.

- Pues haberlo dicho, hombre, haber dicho antes que se lo subiéramos un poco, y no esperar a última hora...  - y mi madre se iba acelerando.

- ¡Que no se trata de subirlo un poco! - gritó mi abuelo- ¡Que me sienta mal porque tiene un corte antiguo! Eso no se arregla con un centímetro más o menos de largo. Y no me lo pienso poner más, ya lo sabéis, no tengo ganas de hacer reír a la gente.

Cuando mi abuelo se marchó, mi padre le dijo a mamá:

- Ni una palabra más sobre el abrigo. Que se lo ponga si quiere, y si no, que vaya sin abrigo.

Así pasaron unos cuantos días. Bastantes. A la hora de ir al bar por las tardes, mi abuelo,  se plantaba delante del espejo del armario del recibidor y empezaba ostentosamente a darle vueltas a su bufanda alrededor del cuello. Luego se la subía para arriba, para taparse la boca y salía a la calle como un pobre huerfanito, sin ninguna protección.

Un día que el frío se dejó sentir más, y el viento y la lluvia azotaban con fuerza tejados, puertas y ventanas, el abuelo salió como cada tarde al café, pero cogió el abrigo, que desde hacía ya casi un mes estaba en el armario del recibidor.  Nadie dijo nada, ni él, ni mi madre, ni mi padre... Pero el abuelo ya no se miraba en el espejo antes de salir casa.  

  




Vamos de excursión

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Barbaruens


Vivimos siempre tan ensimismados en nuestras cosas, que no encontramos tiempo de levantar la cabeza y mirar alrededor. Y digo que no tenemos tiempo por no decir curiosidad o interés, que es mucho peor.
¿Cuántas personas de Campo han estado en Barbaruens? Todos nosotros hemos oído hablar de este lugar, algunos de nosotros hasta tenemos antepasados que eran de allí; además, no está lejos y, sin embargo, no lo conocemos.

Hace algunos años llegué hasta Barbaruens para visitar  el monasterio de San Pedro de Tabernas, bueno, lo que queda de el. El paisaje que se podía contemplar era sobrecogedor, impresionante, pero como no encontramos a nadie con quien hablar, nos parecía que éramos unos intrusos, y no queríamos invadir la intimidad de las personas que suponíamos, estaban en sus casas. Al final vimos a un chico, muy amable, con el que hablamos un poco y, después, nos volvimos por donde habíamos ido. Siempre me arrepentiré de no haber estado más tiempo contemplando aquél paisaje, porque no he tenido ocasión de volver. Gracias a la amabilidad de un seguidor de este blog, ahora podemos disfrutar de ese precioso panorama. 

 




Restos de lanas y mucho cariño

Campo, hoy

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sin aglomeraciones...


La Plaza Mayor. Carmen Fuster


Una señora de Campo

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 Doña Dorotea Boj Peired

Dama fin de siglo XIX. Foto F. Laureano.

Dorotea nació en Campo allá por el año 1866, en "Casa Elías".  Se casó con José María Aventín Rived y se fueron a vivir a Huesca, donde su marido destacó como gran emprendedor en el mundo de los negocios y promotor de actividades culturales. Quedó viuda el año 1909, viviendo tres de sus hijos, José María, Pedro y Elías. 

En "El Diario de Huesca" se nombra con frecuencia a Dorotea, bien sea señalando su presencia en acontecimientos sociales, o hasta informando de cuándo se puso enferma o la evolución de su enfermedad. Incluso hemos visto como Dorotea ha sido protagonista de un hecho bien curioso, por lo menos yo no lo había visto nunca: se  dedica toda la portada del periódico "El Diario de Huesca, a dar la noticia de su defunción. Ni con políticos, toreros famosos u otras figuras populares, hemos visto algo semejante. Recojamos alguna de las informaciones que ofreció la prensa sobre ella:

9-10-1926

- "Permaneció ayer breves horas en Huesca, visitando a su distinguida parienta, la respetable señora doña Dorotea Boj, viuda de Aventín, cuyo estado de salud ha mejorado y lo celebramos mucho, nuestro querido amigo de Zaragoza don Miguel Rived, ex gobernador de Granada".

27-10-1926

"Víctima de larga dolencia, soportada con cristiana resignación, falleció ayer en esta capital, a los sesenta años de edad, la distinguida y respetable señora doña Dorotea Boj y Peired, viuda de Aventín.

No por esperado, hace ya algún tiempo, tan funesto desenlace ha sido mensos sentida su muerte, ya que se trata de una dama que, modelo de madres de familia vivió siempre consagrada al amor de los suyos, a la práctica de las virtudes y a los cuidados y desvelos que traen consigo el culto al hogar y a la familia.

Perteneciente a familia de prestigio y arraigo en la provincia, de esmerada educación y ameno y afable trato, deja entre sus numerosas relaciones, imperecedero recuerdo de sus bondades y de su talento.

Educada en el ambiente de recogimiento y estímulo para el trabajo de la familia altoaragonesa, el cuidado de sus hijos y las atenciones de la casa, fueron durante toda su vida la guía de sus actos, y ello le valió siempre el respeto, la consideración y el cariño que gozaba entre todas las clases sociales.

Muy afectos y amigos muy antiguos de la familia Aventín, somos los primeros en asociarnos de todas veces a las unánimes manifestaciones de duelo que ha producido esa muerte, y así nos complacemos en hacerla expresiva desde estas columnas a sus apenados hijos José María, Pedro y Elías, hijas políticas doña Ernestina, Gómez y doña Mercedes Palá, hermanos doña Justa, don José (presbítero) y don Elías, hermana política doña Dolores Blanco, nietos, primos y demás apreciable familia de la finada".

29-10-1926

"Ayer se celebraron en la iglesia parroquial de San Pedro solemnes funerales por el alma de la distinguida y bondadosísima señora doña Dorotea Boj, viuda de Aventín.

A los nocturnos y misa de funeral cantada por la capilla de la Catedral, asistió un concurso numerosísimo, figurando en las filas del acompañamiento todas las representaciones sociales de Huesca.

De Zaragoza y otras capitales llegaron muchos amigos de los señores de Aventín, con el exclusivo objeto de asistir al entierro de la amantísimas madre de éstos.

Los obrero de la casa Aventín, la orquesta del Odeón y otras amistades, dedicaron como cariñoso recuerdo a la finada hermosas coronas de flores naturales.

La manifestación de ayer, por lo sentida y numerosa, debe de servir de consuelo para su inmensa desgracia a los señores de Aventín, nuestros queridísimos amigos.

A estos y demás familia reiteramos nuestro sentido pésame".







En la tele

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  ¡Raquel en la tele!  

¡Que ilusión! Esta tarde he llegado al programa "Ahora caigo" justo cuando le preguntaba Arturo Valls a la concursante "¿De dónde eres?" y ella contestaba toda orgullosa "De Campo, de la provincia de Huesca". Como siempre pasa, ha tenido que repetirlo dos veces para que se enterasen de que se refería a Campo Campo, sin  más florituras.  

Nuestra paisana concursante era Raquél Castán y ha estado muy simpática, tranquila y guapa. Que pena que ella no haya podido estar un poco más en el programa, y yo de que no me haya dado cuenta un poco antes, de que podía hacerle alguna fotografía... Bueno, dicen que nunca es tarde, al menos, tendremos este pequeño recuerdo de su paso por la televisión. 

Gracias por representarnos tan bien, Raquel.






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